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CONOCIENDO A LA PIANISTA EULALIA SOLÉ

Entrevistamos a la pianista Eulalia Solé, con motivo del curso que está impartiendo en el Conservatorio Profesional de Música de Murcia, y en el que Iberpiano ha sido colaborador.

Eulalia Solé es una de las pianistas españolas más destacadas del panorama actual. Discípula de Christiane Sénart, María Tipo y Monique Deschaussées, desarrolló sus estudios pianísticos en los conservatorios de Barcelona, Florencia y Européen de París. Posteriormente, su carrera como concertista la llevó a actuar al piano en las salas más importantes: Carnegie Hall, Auditorio Nacional, Teatro Real, Fundación Juan March…

La grabación de sus dos últimos discos: Variaciones Goldberg de J.S.Bach y En el nombre de BACH, le han valido el éxito unánime de público y crítica.

Para comenzar, nos gustaría saber ¿qué le llevó a dedicarse a la música a nivel profesional? 

¡Creo que cuando nací ya lo sabía…! siempre deseé dedicarme a la música y nunca me planteé hacer otra cosa. Sabía que quería ser músico. 


Durante años ha venido a Murcia a impartir cursos. ¿Qué relación tiene con esta región?
 

Muy entrañable. Desde hace bastantes años empecé a tener alumnos de Murcia y Alicante. En un principio iban a mi casa de campo, cerca de Barcelona,  pero después les planteé que podía ir yo una vez al mes. De esta manera ellos se ahorraban muchos viajes y yo podía verles a todos aquí. Siempre han sido alumnos muy queridos y me he sentido acogida con gran cariño, el cual ha sido absolutamente reciproco. Y Murcia es una ciudad que me gusta mucho, es preciosa, así como su gente.

¿Qué maestros le han dejado más huella en su carrera?

Todos los maestros que he tenido me han aportado mucho, cada uno a su manera y en la forma que yo necesitaba en cada momento de mi vida. Todos distintos, de todos aprendí mucho. También deseo citar aquí a mi primera profesora en el colegio, la religiosa Àngels Pla, quien creyó en mi desde que tenía la edad de 5/6 años y pidió a mi madre que me matriculara en el Conservatorio ¡sin perder el tiempo…! y a mi profesor Pere Vallribera, gran músico, quien me condujo durante toda mi carrera en Barcelona.  Fue al acabar en esa cuidad cuando me fui a París, a los 16 años, donde la extraordinaria pedagoga Christiane Sénart me formó intensamente a nivel pianístico, y musical, evidentemente, aunque yo ya sintiera la música desde el corazón y desde el alma. Pero ella me ayudó muchísimo a madurar.

Creo poder decir, sin menospreciar a ningún otro de mis maestros, que fue ella quien más influyó en mi formación pianística y musical. Sin embargo, insisto en que  cada uno de ellos dejó huella en mi.

Sus dos últimos discos están dedicados a Johann Sebastian Bach. ¿Qué le ha supuesto la interpretación de su obra en su vida?

Mucho. Me atrevo a decir que en mi vida ha habido un antes y un después de las Variaciones Goldberg. Ha sido como un camino iniciático. 

¿Hay algún otro compositor con el que sienta una identificación profunda?

Si. Además de J.S.Bach, y aunque me gustan y me siento bien con muchos compositores, puedo citar muy especialmente a Mozart, seguido de Schubert y de Schumann.

¿Cómo ve el panorama educativo musical de los conservatorios en España? 

Para ser sincera, creo que hay mucho por mejorar y por cambiar.  Es momento de renovar viejos esquemas. Que los programas puedan adecuarse a los alumnos en vez de ser al revés. Que haya más libertad, que se fomente más la creatividad…  que se dé, por ejemplo, mucha más importancia a la improvisación musical, sin que por ello se abandone el rigor en el trabajo del instrumento, ni el importantísimo trabajo armónico, pero teniendo siempre en cuenta que la Música es expresión, comunicación, creación o “recreación”. Que es un lenguaje que nos habla de corazón a corazón y que la técnica, siendo muy importante, es solamente  un medio para darnos libertad en la interpretación, para que el espíritu pueda manifestarse a través de la Música.

Finalmente, ¿qué consejo le daría a los jóvenes estudiantes que tienen la ilusión de vivir de la música en un futuro?

Que se planteen si disfrutan con ella, si desean vivirla… pues la Música es para sentirla y para vivirla, nunca para “sufrir”. Requiere de mucho trabajo, pero es maravillosa esta dedicación cuando se disfruta, y es un gran privilegio poder vivir de una profesión que realmente amamos.  Y también que tengan muy en cuenta que dentro del escenario musical hay muchas facetas o especialidades a las cuales se pueden dedicar, todas ellas maravillosas, tanto en el campo de la pedagogía como en el de la música de cámara en todas sus opciones. Y por último, deseo decirles y animarles a que, escojan lo que escojan, que lo hagan con entusiasmo, pues ¡la Música es Vida, y la Vida es Música!

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