La música es mucho más que un montón de notas y silencios plasmados en una partitura, es un lenguaje, el más increíble de todos, por ser el único comprensible por cualquiera, sea cual sea su idioma, condición social o religión. Al hacer sonar las notas del modo correcto, se da comienzo a una maravillosa transformación en nuestro cerebro, que permite que sea un medio de curación, de diversión, capaz de entristecernos o alegrarnos, e incluso de hacernos valerosos o taciturnos. La música es capaz de sorprendernos, no hay nada como una canción que nunca hemos escuchado y que se escapa de nuestras expectativas, esa nota o ritmo inesperado son capaces de alterarnos, dando lugar a emociones y sentimientos e incluso de estimular el entrenamiento mental.
Las ventajas que la música ofrece son para todos los públicos, pero son más notorias cuanto más conocimiento se tiene de ella, ¿quiere esto decir que los músicos son más inteligentes? A pesar de que no sea posible afirmarlo por el momento, en cierto modo podríamos decir que sí, pues los músicos profesionales tienen más desarrollado el control psicomotriz y las áreas de proceso auditivo. Del mismo modo, estimula de gran manera las capacidades lingüísticas, la memoria y la imaginación. Es también una especie de medicina que se propaga por el aire, pues reduce la ansiedad y el dolor, e incluso los efectos secundarios producidos por la quimioterapia.
La música es una droga benigna al alcance de todos, capaz de hacernos viajar a otros universos emocionales, y de darnos el valor de enfrentar cualquier situación. No son pocos los que se preguntan cómo sería la vida sin música, y a pesar de que, por suerte, no sabemos a ciencia cierta la respuesta, sí nos atrevemos a afirmar que el mundo sería un lugar más sombrío y falto de color.